Archivo de la categoría: Multilingual Poetry
The breath of black musicians is the noblest – and fundamental – trait in American culture

Louis Armstrong, Duke Ellington, Earl
Hines,
Nat King Cole, Count
Basie,
The Empress of the Blues.
Prez, Klook, Lady Day.
Art, Bud
Thelonious Sphere Monk.
Bird, Mingus
Miles
Prince of Darkness, coal
‘Trane! Coltrane!
Aretha, Queen of Soul
Ornette’n
voices,
riffs
Black lives. Black
lives
Don’t blame me
Det er ikke min skyld,
no es culpa mía,
it’s not my fault. No
m’accuses, ce n’est pas de ma faute.
Den slags ting, ce
genre de choses
passent.
No podemos hacer nada
contra el orden de las cosas
If we are smitten
so we are
the Creator no doubt
has a master plan
y nosotros, músicos mundanos,
musiciens de ce monde
-ci,
encore pas une terre promise
we must improvise
over the tone
sí, diese töne
which we hear, but cannot interpret
ce n’est pas notre faute
det er ikke
vores skyld:
on nous a mis ici.
Only God,
Dios y los deseos
de nuestros padres de esta tierra,
aún no prometida
saben por qué.
Know why.
So don’t blame me
La poesía es intraducible
La poesía es intraducible igual que la música y el arte pictórico con los que —a pesar de servirse de la palabra— tiene más en común que con la prosa discursiva.
Que quede claro: no estoy diciendo que no se puedan traducir poemas, estoy hablando de la parte de los poemas donde surge el lenguaje poético —la poesía—. El lenguaje verbal tiene muchos ingredientes, y estos ingredientes se dosifican según el objetivo de la comunicación. Unas instrucciones para abrir una lata necesitan un lenguaje que todo el mundo entienda: claro, directo, breve e inequívoco, es decir, fácil de entender y de seguir. Prosaico. La poesía, al contrario, es un lenguaje ambiguo, enigmático, musical y metafórico, pero carente de sentido lógico. Son fórmulas mágicas —abracadabras, ábrete sésamos— que cortocircuitan el razonamiento causal y nos llevan a un entendimiento repentino, espontáneo, intuitivo, al que no puede llegar la deducción, encerrada en su bucle racional.
El ser racional —el homo intelectus— busca siempre el porqué de las cosas; quiere saber el sentido y el «de qué se trata» de todo. Este afán provoca que mucha gente admita espontáneamente —sin pensárselo— que «no entiende el lenguaje de la poesía», aunque a todas luces está escrita en su propio idioma.
Tres eventos que consideramos pasos mayores en la evolución de la cultura occidental están en el origen de nuestra incomprensión de la naturaleza de la poesía: la invención de la imprenta, el auge de la filosofía racionalista y el establecimiento de fronteras nacionales.
En la Edad Media, cuando la gran mayoría de la gente en nuestro continente era analfabeta (salvo los clérigos), la poesía era un arte de transmisión oral y se recitaba o cantaba. Todavía era lírica: su componente musical seguía siendo esencial. Las lindes entre los idiomas de habla popular —lenguas vernáculas— eran fluctuantes, y los trovadores y poetas itinerantes creaban cada uno su propia lengua con las voces de las geografías y paisajes físicos y sociales que atravesaban.
Tanto entonces como hoy —en que nuestros pensamientos siguen estando condicionados por lenguas cuya limpieza y fijeza mantienen en la idealista y normativa Europa latina las academias nacionales de la lengua, desconocidas en el pragmático mundo anglosajón—, la proporción entre lo poético y lo prosaico de un poema depende evidentemente del tipo (estilo) de que se trate y de su eventual función. Un poema épico, panfletario o confesional tiene más contenido argumental que un poema imaginista o de amor puro. Una traducción de Homero tiene más sentido que una traducción del Ezra Pound de «The apparition of these faces in the crowd: Petals on a wet, black bough».
Si la poesía, tal como yo la defino, es un idioma per se y universal (no español, persa ni chino), la poesía multilingüe es un espejismo y la denominación resulta redundante. En el fondo toda poesía es multilingüe.
El poeta, traductor y lingüista brasileño Haroldo de Campos lanzó el concepto de transcreación. Su idea es que un texto «creativo», como puede ser un poema, se ha de recrear en la traducción. La traducción surgirá del encuentro con la cultura del idioma al que se pretende traducir. Ahora bien, si el traductor se encuentra con que un poema está hecho de un entramado de voces de varias culturas ha de desistir en su empeño: como mucho, es posible una traducción ficticia del poema en otros idiomas, pero este tipo de traducción ficticia modificaría por completo la estructura lingüística —la música y las imágenes del original—. En palabras del eminente lingüista Alemán Alfons Knauth, «una traducción múltiple solo se puede concebir como una “variación” del poema original. Una especie de tema con variazioni».
En mis Polyfonías utilizo una técnica que puede parecerse a la traducción interna, pero en realidad se trata de un recurso parecido a los temas con variazioni de Alfons Knauth (con la diferencia importante de que estas variazioni surgen de las personas que conviven en mí). Este recurso —que yo llamo glissandi o “deslizamientos” de significados entre los diferentes idiomas— produce un efecto de espejos deformantes.
Podemos ver las palabras como cajitas, pizarras o espejos. Si las vemos como cajitas, su contenido envejece, pero no cambia; si las vemos como pizarras, el contenido se borra cuando añadimos una nueva interpretación; pero si son espejos, se pueden reflejar entre sí y constantemente desvelar nuevos significados. Es lo que me pasa cuando el significado que he asignado a una palabra en un idioma se refleja, o resuena, en lo que es su supuesta traducción a otro. Por eso las traducciones internas son en realidad traducciones aparentes o traducciones creativas. Pero como todas estas palabras en diferentes idiomas son mis experiencias a través del corredor del tiempo —y vale la pena ver aquí ese corredor como los que se forman entre dos paredes de espejos en los parques de atracciones—, también me transforman a mí y a mis lectores u oyentes. En la polifonía «Flux» —el título es significativo— digo: «And true: / Les femmes, / las mujeres, / women, / kvinder / har altid været, han sido / siempre, / mis mejores, y auténticas, / guías / for women are like trees / and where there are trees / there is water».
La repetición en diferentes idiomas del término «mujeres», ¿es traducción? Para mí, desde luego que no. Y no son «mujeres», como diría Magritte. Son la idea de la feminidad vista desde la óptica de diferentes culturas, o por lo menos tal como yo las he vivido habiéndome sumergido en diferentes culturas. Además —para volver a lo pictórico y lo musical— ni se presentan ni suenan igual. Lo general se expresa en francés y en español mediante la forma definida: las mujeres, les femmes; mientras que en inglés y danés lo general es indefinido: women, kvinder. ¿Y qué decir de la diferencia musical y sensual entre las trocaicas women y kvinder, las graves mujeres o las monosilábicas femmes, que solo se encienden mediante la rima con flamme?
© Peter Wessel 2019
Les plaques poétiques à Conques expliquées /The Poetic Plates at Conques explained
The Quietude of Conques
“Campanas, klokker, bells
no rompen el silencio.
Sólido, minéral, in-
mutable.”
From “Conques, la quête”
Conques sort du sommeil d’hiver
En Concas, cette conche,
tout arrive et tous repartent,
tout passe
et rien ne s’en va.
Tous se lèvent et tout s’enlève
et tout reste.
From “Conques, la quête”
Visit: http://www.instagram/wessel_conques
World News
When Your Lover Has Gone
What happens
¿qué pasa when your lover has gone
y descubres que los que se pusieron tristes,
melancoliques
comme toi
are no longer there, have gone too
y que no queda nada del pasado que lamentar,
nadie se recordará del amante
o de su canción?
Sí, es cierto,
se fue el amante
and the melody stopped lingering on.
Se fue el amante, per-
haps, sans doute
l’amant se marchó, elskeren blev væk
mais l’amor, kærligheden
se quedó en tantos rasgos, in
so many traits, so many strokes,
autant
d’allures, autant de mots.
Words that are songs, songs
That are feelings, faces
In the crowd.
Gesichte, ansigter, identidades
que no corresponden con nadie
en concreto,
pero que brillan en esa palabra,
ce mot incrusté dans le mur qu’entoure
l’église de Sainte Foy,
la santa Fe
que no era más que una chavala
cuando murió for using
the wrong word for the same thing.
When your lover has gone
And the rain starts falling
på Solitudevej,
la Calle de las Lamentaciones
Solitarias
de mi niñez,
what do you say? ¿Cuál es la palabra, de qué
color es la piedra
preciosa
y de qué país ha venido?
¿Quién fue
el príncipe que puso
la piedra en su diadema?
¿De qué país, from
what land? How
did he arrive?
Avec le vent
tout s’en va, tout
s’enlève
som stenen i diademet, som
navnet på din elsker
comme le mot que dijiste
with the wrong accent, den
gale accent,
l’accent equivocado.
When your lover has gone
Like a stone, a gem
in the wall of the saintly girl,
the little Saint
Fides,
whose name is Faith
Fe, foi. Ma foi
I believe, not in miracles
or perhaps I do
en milagros,
mirakler,
underværker som stenen
vi ikke så i første omgang. La pierre
que fut violée
par notre ignorance,
forced into a place where it did not
belong.
Non pas sa véritable place
Like the wrong word in the right place, or
the right word en un lugar
equivocado. Que ni
la memoria quiere devolver.
How do we find that stone?
¿Qué nombre de qué piedra?
And which wall
shall witness our wailing, nuestras
lamentaciones?
When our lover has gone,
but love remains –quédese
el amor–
la fe basta,
faith is all we need
for the word to fall into place, for
at ordet kan finde
sin plads og sin mening.
Al fin lo que importa
Es reconocer, forstå,
realize
that what matters is not who
we look for, lo que buscamos,
l’important n’est pas
la chose cherchée, sinon
la chose rencontrée,
and love and faith,
stone or gem or pierre
will matter and belong because
we found it
at the adequate moment, à l’heure
precise.
Une retrouvaille, a
discovery whose value
is the coincidence, la
coincidence,
det heldige sammentræf,
la coincidencia significativa.
Y la piedra, the rhythm,
the word,
la palabra dans sa place
just in time
before the wind rises
et tout s’en va.
© Peter Wessel 2016
From “Delta”